La solidaridad es la fuerza de la gente débil.
Hugo Ojetti. Escritor y periodista italiano

viernes, 29 de julio de 2011

Oslo, la capital de la paz


Con mucho dolor y incredulidad recibimos la noticia del terrible atentado en la capital de Noruega y la posterior matanza sin razón en la pequeña isla con forma de corazón de Útoya, enclavada en el fiordo de Tyrif (aunque a mí me parece más un lago, pero esto no tiene importancia).


Alfred Nobel (que era sueco), el inventor de la dinamita, estableció un premio a aquellos que se destacaran en las ciencias en bien de la humanidad.

Alfred Nobel, quedó aterrado al ver que su invento, además de usarse en la minería, se usó en la destrucción y muerte de las personas.
Los premios Nobel, cada año se entregan en Suecia, pero el Nobel de la Paz, se entrega precisamente en Oslo.

Los noruegos y también otros nórdicos como suecos, daneses o fineses (findanleses), entienden la vida en la tolerancia y la Paz. Es muy raro ver policías armados por sus calles. Se entiende que es un país seguro, pacífico y los conflictos se resuelven sin violencia.
Por todo ello, a los noruegos les resulta muy difícil, casi imposible, creer que un acto tan atroz, se haga en su territorio.

A pocas horas del atentado y la masacre del viernes, un periódico norteamericano, anunciaba que el atentado fue obra de células islamistas. No sé de dónde sacaron las fuentes de la noticia, pero poco después y para mayor estupefacción de los noruegos, se anunció que tal barbarie fue perpetrada por uno de los suyos.



Muchos se preguntan el por qué. ¿Qué sentido tiene matar a sangre fría a decenas de muchachos de 14 a 18 años? Uno a uno, rematándoles con un segundo disparo.

Timo Soini. Verdaderos Finlandeses
El asesino ha confesado móviles políticos. Quizás ahí esté la clave del móvil.
En los últimos años, en Europa, han florecido los grupos y partidos políticos ultra nacionalistas, xenófobos y racistas. Europa creía que después de la segunda guerra mundial, ya se había aprendido la lección de a donde lleva el nacionalismo, el racismo; al fascismo como el de Hitler, Mussolini y otros de los que ni me quiero acordar.

Siv Jensen. Partido del Progreso. 



El nacionalismo y el racismo, tiene que tener un enemigo al que apuntar, en la Europa de hoy, es difícil apuntar al país vecino, por lo tanto se busca un enemigo externo a Europa.
Los partidos a que hago referencia han encontrado al enemigo perfecto: Los inmigrantes, y si son musulmanes, mejor que mejor.
Al grito de ¡no a los musulmanes!, esos partidillos y grupos racistas, crecen, pues su discurso cala en la simpleza de los votantes.
Los países nórdicos, en la década de los 70 a los 90 del siglo pasado, hicieron un uso exquisito de la ayuda a los perseguidos políticos de todo el mundo. Acogieron a miles de refugiados y sus ciudadanos, solidarios en extremo, acogieron a chilenos, de la ex Yugoeslavia, somalíes, irakíes o kurdos. Acogiéndoles en su sociedad y prestándoles muchos beneficios de su avanzada sociedad.

Jimmie Akensson. Demócratas de Suecia
En Noruega, el “Partido del Progreso”, en Suecia los “Demócratas de Suecia”, en Finlandia los “Verdaderos Finlandeses” o en Dinamarca el “Partido del Pueblo Danés”, han crecido con el discurso racista, reclamando la supremacía de los descendiente de los antiguos Vikingos.

Cuando estos grupos encienden la conciencia política, siempre saldrá un iluminado, redentor y salvapatria que provocará una catástrofe.

Geert Wilders. Partido por la Libertad. Holanda
 De estos hay muchos en la historia, desde Stalin a Pinochet, pasando por Hitler o Mussolini.
Pero también los hay que se denominan los “lobos solitarios” que en nada diferencian sus ideologías con los anteriormente nombrados, pero llegado un momento, juntan sus propias frustraciones y miserias con el discurso del racismo o el nacionalismo y están dispuestos a los crímenes más horribles.

El imbécil noruego de turno, dejó colgados en internet su ideario, alabando a los grupos fascistas de media Europa y también a los nacionalistas de ETA. Es por eso que en anteriores escritos pongo, que para mí, no existen los “nacionalismos de izquierda”. Todos los nacionalismos son de derechas y siempre acaban con la exclusión del que no es de “su nación”.

En nada se diferencia este ultra nacionalista, de ultra derecha y ultra católico, a los terroristas islámicos, también de derechas y ultra conservadores pero a su manera.

Superviviente de Utoya
El resultado de estos días del discurso xenófobo y racista se salda con más de 80 asesinados. La mayoría de ellos, menores de edad, que aprendían en un campamento de verano, los primeros postulados de la paz y la concordia.

Me he fijado en las entrevistas de los periodistas a los supervivientes y he visto a muchos de esos chavales de piel morena y pelo negro, hablando perfectamente noruego. Supongo que son descendientes de inmigrantes que ya son noruegos, pero con la diferencia que tanto molesta a los ultra nacionalistas vikingos; a esos chicos se le diferencia solo por su aspecto físico.

Supervivientes de Utoya
No son ni rubios, ni blancos, ni tienen los ojos azules.

En términos genéticos, las mezclas entre las razas ayudan a la especie humana a desarrollarse. Si recordamos a las leyes de Mendel, el cruce de diferentes variedades nos llevaran al desarrollo genético y evitar las taras de la endogamia. Eso en los animales.

Víctima de Utoya
Pero en términos sociales y económicos las mezclas de razas y culturas nos llevan inexorablemente a ser más cultos.

A veces pienso que los ultra nacionalistas y racistas están tan empecinados en preservar lo suyo, excluyendo a los demás, que terminarán siendo un grupito de idiotas, tanto en lo genético como en lo cultural o social.

Para muestra, el idiota de Breivik.



Isla de Útoya
Un abrazo a los familiares de la víctimas.

Un repudio enorme a los ultras racistas de cualquier país.

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