Aquellos que siguen mi blog, ya
sabrán que soy futbolero (de esos que les gusta el futbol) y no confundir con
futbolista (aquellos que el futbol es su profesión).
Además
sabrán que soy fan del Futbol Club Barcelona en España y también de la
Universidad de Chile en mi país natal.
Cuando llegué a España, a
mediados de 1990, me llamó la atención la aguerrida forma de jugar de un loco,
bastante inculto llamado Stoichkov, búlgaro como mi mujer y mi hijo. También un
jovencillo llamado Pep Guardiola.
Les entrenaba
otro mito del futbol mundial, Johan Cruiff, el de la naranja mecánica. Poco
después, en 1992 llegó al Real Madrid, mi compatriota Iván Zamorano. Muchos
españoles no podían asimilar que un chileno en España no fuera del Madrid de
Zamorano.
Que
me perdone Zamorano, que le conocí cuando era solo un niño de la Villa México y
nada hacía pensar que luego sería un gran deportista, pero el blanco es un
color muy soso y aburrido, tanto en Chile como en España.
No
me perdía partido del Barça, en donde destacaba el centrocampista que apuntaba
grandes maneras repartiendo jugadas y que poco a poco se convirtió en el gran
director de la orquesta, entonces llamado el “Dream Team”, el equipo de
ensueño.
Me
hice fan del Barça, no solo por los colores, sino porque la historia me hacía
rechazar la negra historia del Real Madrid en tiempos de la dictadura
franquista. Lo siento pero yo no soy de esos que desligan las cosas unas de
otras, para mí la historia es como es y es innegable que el Real Madrid y su
vanagloriado presidente Santiago Bernabeu, tenían al Madrid como el equipo “del
Régimen” franquista y a falta de cosas amables que mostrar al mundo, lo único
de lo que podía presumir la dictadura era del poderoso Real Madrid.
Santiago Bernabeu y Franco |
La
confrontación entre Real Madrid y Barça, nunca ha sido solo deportiva, sino
también, entre el centralismo nacionalista español y el nacionalismo catalán.
En
todo caso, hoy 27 de abril, Josep Guardiola i Sala, ha decidido dejar de ser el
entrenador del Futbol Club Barcelona.
El
mismo chiquillo que con desparpajo mandaba el centro del campo en los 90, hace
cuatro años, volvió a su club para revolucionar el futbol.
Veo
las noticias y en todo el mundo, en diferentes lenguas, se habla de Pep
Guardiola. Digo que revolucionó el futbol, todos (excepto algunos trogloditas)
intentan aplicar su estilo de juego.
El
Pep, logró hacer que el futbol no solo sea cosa de fuerza, sino también, de
inteligencia. Logro hacer hermoso un juego casi banal, revivió la confianza en
sus jugadores.
De
hecho, sin Guardiola, la selección española de futbol, logró ser por primera
vez, campeona del mundo. La mayoría de los jugadores de la selección son del
Barça, que vienen con el futbol aprendido de Guardiola; el toque, el pase, la
posesión del balón, entender el futbol como un deporte de inteligencia y
calidad son su marca de identidad que contagió al resto de jugadores españoles,
incluso a algunos del Real Madrid, como Xavi Alonso o Casillas.
Pero
no solo Pep ha dejado su impronta en los jugadores, también en todo el club,
que se ha contagiado de su saber estar. No es casual que durante la era
Guardiola, en las camisetas del Barça, en vez de mera publicidad comercial,
agregaran las siglas UNICEF (Fondo Internacional de Emergencia de Naciones
Unidas para la Infancia) como apoyo a los niños desfavorecidos del mundo.
En
la gran lucha de los dos grandes del futbol español, siempre ha quedado marcada
la distancia entre sus entrenadores, uno desafiante, agresivo, arrogante,
incapaz de reconocer una derrota e incapaz de llegar a parecerse a Guardiola,
ni siquiera en lo deportivo como jugador de futbol y el Pep, serio, capaz,
respetuoso, sabiendo reconocer sus propios errores, inteligente y sutil. Es por
eso que el mundo entero reconoce el trabajo de Guardiola cuando ha decidido
dejar de ser el entrenador del Barcelona.
La
mayoría de los entrenadores del futbol internacional, esperan a que los echen
del club cuando han sido incapaces de hacer un buen trabajo, sin embargo
Guardiola se va solo y con el reconocimiento de todos.
¿Por
qué se va Guardiola?
Para
entenderlo, hay que entrar en su personalidad, el está convencido de que es más
honesto irse que hacer un trabajo a medias, por el agotamiento físico y síquico
que este causa. Guardiola si no puede dar al 300%, prefiere dejar paso a otro.
Si muchos políticos del mundo entero siguieran su ejemplo, este mundo sería
mejor.
También,
me gusta la seriedad, la honestidad y la modestia de Pep. Nunca le he visto
echarle la culpa a otros de la derrota (ni a los árbitros, como es costumbre)
siempre ha sido él, el primero en asumir las responsabilidades, incluso la de
los demás.
Una
nueva era viene en el Barça, pero el camino marcado por el Pep, lo han hecho
suyo los jugadores del primer equipo y hasta los pequeñines de las canteras y
estoy seguro de que en su merecido descanso y retiro, estará siempre apoyando a
los que hoy le despiden.
Estoy
seguro de que si el Barça le necesita, el vendrá y será recibido con los brazos
abiertos en su club.
Y
con desazón por parte de los rivales.
Guardiola
no es un buen entrenador de futbol, Guardiola ES, el futbol.
¡Salud
Pep, buen descanso!