La solidaridad es la fuerza de la gente débil.
Hugo Ojetti. Escritor y periodista italiano

viernes, 25 de marzo de 2011

El “negro” de Obama

Cartel de las protestas
      No, no se piensen que soy racista, ni me refiero a la raza o al color de piel del presidente Barak Obama, nada más lejos de esa intención.

      Lo que quiero decir es que al “negro” de Obama debieran darle un premio Nobel, no a Obama que ya tiene uno, el de la Paz  (por extraño que parezca) sino al que le escribe los discursos.
     En jerga literaria se le llama “negro” al escritor que escribe discursos para otros, o el que escribe autobiografías por encargo y que no aparece como autor.

Mister Obama
     Digo esto porque, vi en directo el discurso de Obama para las Américas, pronunciado en Chile y conmemorando los 50 años de aquel plan de Kennedy en 1961 llamado, Alianza para el Progreso.
     El discurso, como obra literaria, es impecable. Si logras abstraerte de la realidad de estos últimos 50 años de historia, se te pueden caer hasta las lágrimas. El discurso, muy bien construido, con pasajes alegóricos a la historia de América y también de Chile actual, con exquisito refinamiento y conocimiento del lugar en que se pronunció y al público al que está dirigido.

Super Obama

      Además tiene el gran acierto de decir muchas cosas y por fin no decir casi nada. Es por eso que creo que, al que le escribe los discursos a Obama (al negro) hay que darle el Nobel de literatura.
      Doy por descontado que todos sabemos que Obama no se sienta a escribir los discursos, los escribe otro (el negro, que seguramente es blanco).


Pantallas con el discurso
      En la puesta en escena, pareciera que Obama está hablando de memoria, sin leer, con convicción, certeza y aplomo. Mentira cochina. A ambos lados, el presidente tiene unas pantallas, que escapan a la imagen que nos ofrece la tele y que vista desde el público son transparentes pero desde la posición de Obama le están pasando escrito el discurso, con pequeñas señas en donde Obama hace las pausas, los énfasis, cuando tiene que sonreír, cuando tiene que gesticular y también los silencios, cosa importante cuando no se dice nada.
     A Obama debieran cambiarle el Nobel de la Paz por el de las Artes Escénicas (no sé si existe) que sería lo más apropiado.

     De todas maneras, con cierta dificultad, pude entender (más o menos) que se trata de que EE.UU. compre productos Latinoamericanos y como siempre Latinoamérica, comprará productos y tecnología de EE.UU. Lo que no me quedó claro si se refería a tecnología para producir energía a base de la energía nuclear o energías limpias y renobables. Después de lo de Japón, el prodigioso “negro” camufló muy bien las verdaderas intenciones de estos acuerdos. Como sabemos Chile y Japón comparten prácticamente el mismo riesgo sísmico y la gente se ha rebelado ante la posibilidad de que en Chile se ponga una central nuclear.

      El resto del discurso, dentro de lo previsible, cooperación, comercio, Enseñanza (todos bilingües), democracia, lucha contra el narcotráfico… lo mismo de siempre en una visita protocolaria.
 
     Yo me acuerdo de la Alianza para el Progreso de Kennedy, al principio de los años 60. Para mí, eran muchos sacos grandes llenos de leche en polvo que tenían pintado dos manos estrechándose sobre un escudo americano.

     Todavía tengo pegado en el paladar, el sabor de la leche ahumada que cada mañana nos daban en el colegio. La llegué a aborrecer y parece que a la gente en las poblaciones también. Era tanta cantidad y ya nadie quería más, que en muchos lugares, empezaron a usarla para marcar las líneas blancas de los campos de futbol.

      Solo unos pocos años más tarde entendería el plancito de JFK.

      En 1959 triunfa la Revolución Cubana, lo que sería un “mal ejemplo” para el resto de países que componían el patio trasero de EE.UU. Pero en la mayoría de esos países, la pobreza, el desencanto y la rebeldía comenzaban a estallar.

      Kennedy que era un señor muy listo, entendió que tenían que soltar algo de recursos para que no estallaran mas Cubas. Se gasto 20 mil millones de dólares en ayuda asistencial (la maldita leche en polvo), conminó a muchos países a que iniciaran una Reforma Agraria moderada, para entregar tierras a los campesinos pobres, y una serie de ayudas a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Fundación Ford y otras agencias estadounidenses.

       Muchos años después comprenderíamos que esas “ayudas” había que pagarlas y con intereses, de ahí vienen las famosas “deudas externas” de los países latinoamericanos.
      Por otro lado, no es un secreto para nadie, que en lo político (y en lo económico) Kennedy apoyó a gobiernos y partidos de derechas moderados para impedir que subieran al poder gobiernos anti americanos o de izquierdas.
       Esa es una de las razones de por qué en 1964, Salvador Allende sale derrotado de las elecciones y gana Eduardo Frei Montalva (1964-1970).
    

      Cuba, a falta de recursos, respondió a la Alianza para el Progreso con una simple declaración, solo palabras, pero que calaron muy hondo en el corazón de los países latinoamericanos.

     El 4 de febrero de 1962, Fidel Castro pronunciaba la “Segunda Declaración de la Habana”. 
 
      Esta declaración, que es un reflejo de los turbulentos días de aquellos años de guerra fría, un análisis histórico, económico y socio-político de América Latina, se convirtió en un llamamiento de combate, con una gran carga emocional y poética.
     Seguramente muchos conocen algún extracto porque se le puso música y se hizo canción.
      Les pongo un pedacito y un enlace más abajo por si la quieren leer completa.

     “Ahora, esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el Continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir.”

      “Porque esta gran humanidad ha dicho: « ¡Basta! » y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente.”


Obama en Chile
     50 años después, viene Obama y quiere revitalizar la Alianza para el Progreso (la 2.0).  Ya no pone dinero como Kennedy, porque con la crisis, no tienen para mucho, pero algo tiene que hacer. Si en los 60, el peligro era solo Cuba, en los 2010, ya son Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y también Brasil, Paraguay o Uruguay.

      Es otro contexto y otro siglo, pero EE.UU. ya se ha dado cuenta que su peso político y económico en América Latina no es el mismo y cada día que pasa, países como Brasil o Venezuela son más independientes del gran “amigo del norte”.

     Una de las basas de EE.UU. para salir de la crisis, es volver a ganarse a Latinoamérica, en ello le va la vida como superpotencia. Obama quería acercarse a los países árabes, por su petróleo, pero la crisis de Libia le ha estallado en las manos.
      Ahora le queda la segunda Alianza para el Progreso, para, por lo menos asegurarse la hegemonía en media Latinoamérica.

Obama-Piñera
      Como todo el mundo estaba pendiente de esta visita, más que nada porque se producía justo cuando empezaron los ataques contra Libia, yo me temía que el presidente Piñera saliera con alguna de sus metidas de pata ante el mundo entero. Se portó bien el hombre, ante el dueño del imperio no podía equivocarse, pero si hacerse el gracioso, destacando las cosas que ambos presidentes tienen en común. “Los dos somos zurdos, los dos estudiamos en Harvard, los dos somos deportistas, los dos pensamos que las respectivas esposas son muy hermosas…” Le falto decir; “y los dos somos negros”. Menos mal que no lo dijo pero, casi, casi. Ya conocemos a Piñera.
   
     De todas maneras, Obama es un encantador de serpientes y en este viaje ha intentado llevarse al huerto del Tratado de Libre Comercio (TCL) a los dos países que mayor desarrollo tienen en la región; Brasil y Chile. Todavía le queda mucho camino y poco tiempo de mandato y a la Alianza para el Progreso 2.0 le falta aún mucho que ofrecer para meternos en el bolsillo del imperio, como lo hizo Kennedy hace 50 años
Jon Favreau ("el negro")



      Al pobre negro de Obama, le queda mucho trabajo todavía. A seguir escribiendo.
    







Segunda Declaración de la Habana (Quilapayun)

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