La solidaridad es la fuerza de la gente débil.
Hugo Ojetti. Escritor y periodista italiano

viernes, 28 de enero de 2011

Salvador Allende

      Un día de verano, a finales de 1970, mi madre nos llevó de excursión a mis hermanos y a mí a Valparaíso, segunda ciudad de Chile y principal puerto.

      Como familia humilde, esa fue la primera vez que salíamos a Valparaíso y solo por el día. Al llegar a la plaza central, vimos a una multitud coreando consignas. Los carabineros (Policía chilena) y los coches oficiales llenaban las calles.


     Me metí entre las gentes hasta las barreras de protección. En Valparaíso estaba Salvador Allende, recién asumido el mando presidencial. Saludaba a la gente uno por uno estrechándoles la mano. Cuando se acercó hasta el lugar en que me encontraba, estire el brazo lo más que pude y solo por medio segundo, sentí una mano grande, un poco gordita y cálida que apretó la mía con cierta fuerza. Algo me dijo, pero entre los gritos de la gente no pude oírlo. Fue la única vez en que pude tocarle.


      Nunca he sido de esos que transforman a las personas en ídolos, que cuelgan de una pared fotos o hacen un altar con una figurita de yeso.
      Tampoco soy partidario de hacer monumentos o nombrar calles en vida a algún personaje, siempre he creído que a las personas hay que valorarlas en su justa medida, con sus virtudes y defectos e intentando situarnos en los momentos históricos en que les tocó vivir.


      Mi madre tuvo más suerte, entonces trabajaba en el Instituto de Neurocirugía dependiente de la Universidad de Chile. Al director, el prestigiado doctor Alfonso Asenjo, se le ocurrió hacer una investigación relacionada con el desgaste físico y neurológico de una persona tan tremendamente activa, física y mentalmente, como el presidente Allende.
      El estudio empezaba con una comparativa clínica de Salvador Allende antes y después de uno de sus impactantes y arrebatadores discursos. Al laboratorio en donde trabajaba mi madre le tocó entre otras cosas extraerle sangre antes y después del evento.
 
      No viene a cuento los resultados, pero mi madre siempre cuenta que el Presidente siempre se acordaba de los trabajadores del centro, les enviaba saludos periódicamente y de vez en cuando les traía un pequeño presente. Nunca dejaba atrás el recuerdo de esos simples y modestos trabajadores de la salud.


      Hoy, 27 de enero de 2011, escucho por la radio del coche que en Chile se abrirá una investigación sobre la muerte del Presidente Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973.

      Ya era hora de que la justicia chilena aclarara las circunstancias del fallecimiento, cosa que se hace con cualquier ciudadano, chileno o extranjero que fallezca en territorio nacional.
      Las noticias me dicen que, a pesar de que la inmensa mayoría damos por sentado el hecho del suicidio, a los investigadores forenses de hoy en día, no les concuerdan las heridas producidas, con el suicidio.
      La ciencia forense ha avanzado vertiginosamente en los últimos 30 años, hasta el punto que se ha convertido en un éxito científico y televisivo (yo también sigo al CSI). Si ellos lo dicen, por lo menos, ponte a dudar.
      A mí en particular, me interesa más el ejemplo de Salvador Allende, de defender la democracia, el estado de derecho y las reglas del juego democrático, cuestión por la cual la figura del Presidente Allende es reconocida mundialmente, independientemente de la ideología política.

      En Alicante, como en otras tantas ciudades del mundo, existe una calle Salvador Allende. Es una de las últimas y solo tiene unos 300 metros.
      Un día me fije que la mayoría de los vecinos del lugar solo tenían una vaga idea de quién era el personaje. Mi asociación le pidió al ayuntamiento que pusiera una placa con una nota explicativa, a lo que accedieron de inmediato, incluso fue inaugurada por una concejala del ayuntamiento que hizo un discurso precioso sobre Allende, a pesar de que ella pertenece al partido que está en las antípodas del pensamiento político del Presidente.

      Como siempre, no falta el chileno que lo echa a perder todo, en mi propia asociación hubieron algunos que se negaron a realizar el tradicional “esquinazo” a las autoridades del ayuntamiento. Por mucho que intenté explicar que el “esquinazo” no es a salvador Allende, sino un recibimiento folclórico y bridis a las autoridades que inauguran, pues no, lo que les molestaba era Allende. Lo hicimos de todas maneras el 18 de septiembre de 2008.

       El tiempo, para mal o para bien, va poniendo a cada cual en su sitio.

       Pablo Neruda, por ejemplo, era el comunista malvado con cuernos y rabo, ahora es el poeta nacional, reconocido por la inmensa mayoría de los chilenos y el mundo.
      Salvador Allende, era el marxista que pretendía invadir Chile de tanques soviéticos y mandar a los niños chilenos para que se los comieran en Cuba, hoy es la figura referente y el ejemplo de cómo se debe defender la democracia y el estado de derecho.

      Cada cosa en su sitio, a la larga, la historia da la razón a los que la tienen.
 

       Quisiera que la justicia chilena, no solo aclarara las circunstancias de la muerte del Presidente Allende, sino también, lo que le llevó a ello.


      Según las leyes chilenas de 1973, los que asaltaron el Palacio Presidencial y derrocaron al gobierno, debieran ser juzgados por sedición contra el Comandante en Jefe de todas la Fuerzas Armadas chilenas (el Presidente de la Republica), que según las leyes de la época se castigaba con pena de muerte por fusilamiento.

  
      Cosas de la historia, que debemos tener presentes para que no se repitan.



5 comentarios:

  1. Muy interesante. Felicitaciones.
    Ya entrando en materia de crisis, voy a permitirme dejar este link. A ver qué opina...
    www.elbanqueteysuresaca.blogspot.com
    Suerte!

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  2. Alejandro Reyes Sanchez17 de febrero de 2011, 12:02

    MUY INTERESANTE Y MUY COERENTE SOBRE LOS HECHOS QUE TUVO QUE SUFRIR NUESTRO PAIS,FELICITACIONES.....

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  3. Gracias por esta informacion.
    Saludos

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  4. EXCELENTE TRABAJO, MUCHAS GRACIAS POR EL APORTE
    UN ABRAZO FRATERNO, CARIÑOSO Y REVOLUCIONARIO.

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  5. Exelente ! Desde Argentina.

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