Esta maldita crisis que nos vacía los bolsillos cual agujero en pantalón de pobre, viene de lejos y tiene su origen en el asqueroso afán de las grandes oligarquías financieras de estrujar a las sociedades y sacar hasta el último céntimo que queda en manos de muchos que vivimos de nuestro trabajo para pasarlo a las cuentas cifradas de unos pocos.
Los teutones han sabido destruir y construir, inventar y producir. El carácter pragmático sajón les ha hecho ser austeros y estrictos consigo mismos. Mis hermanos que viven en ese gran país, de tanto tiempo de vivir ahí, también se les han pegado esas cualidades y no está nada mal.
Un día viendo la tele, a mi mujer le llamó la atención la forma de vestirse de Doña Ángela Merkel, la actual jefa de gobierno.
Quería escribir sobre las últimas declaraciones de la señora Merkel sobre la integración de los musulmanes en Alemania, en la que puso como ejemplo al futbolista del Real Madrid Mezut Ozil, pero este ya le respondió en el último partido haciendo con sus dedos la media luna turca y me pisó el comentario.
Busqué en internet sobre la Merkel y me llamó la atención otra cosa; Sus chaquetas, como ya comentó mi mujer, pero a mi me llamó la atención que ¡TODAS LAS CHAQUETAS SON IGUALES! , Solo cambia el color.
Pero las cosas no quedan ahí, creo que a medida que ella da soluciones y recetas para salir de la crisis y que todos los demás las cumplamos, van cambiando de color sus chaquetas.
Que Grecia tiene que hacer recortes: se pone una azul.
Que España tiene que congelar las pensiones, viste la roja.
Que Irlanda ayude a sus bancos, pues la verde.
Que Francia alarga la vida laboral, la negra.
Que Inglaterra recortará funcionarios, la crema.
Y así va cambiando el color de su chaqueta. Para mí que el sastre de doña Merkel inventó la chaqueta camaleónica y es una sola que cambia de colores en dependencia de cómo quiere Alemania que los demás países sigamos detrás de ella.
Como sé que pocos creerán en mi teoría de la chaqueta camaleónica, adornare este comentario con algunas fotos que creo que la confirman.
Lo que no sabe la señora Merkel, es que los propios alemanes empiezan a estar hasta las narices de tantos colorines y la última chaqueta que se ponga será transparente.
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