La solidaridad es la fuerza de la gente débil.
Hugo Ojetti. Escritor y periodista italiano

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Estados Unidos y sus cosas

     El 27 de octubre, en mi escrito “Jalogüín”, pronostiqué varias cosas de las cuales se han cumplido algunas y otras están a punto de hacerlo.
Desde luego, no me ha tocado la lotería, también acerté en la derrota de Obama y estamos solo a minutos de que Estados Unidos devalúe el dólar por el método de inyectar unos 500.000 millones comprando bonos del Tesoro americano, con otras palabras, imprimir más papel llamado dinero. También, aquí en España, volvió a subir el paro y a menos de dos meses de que termine el año, tampoco la crisis cederá ni un milímetro.
Otras predicciones llevan el camino de cumplirse. Tiempo al tiempo.
Si las acierto todas, me titularé de brujo.

       La derrota de Obama se debe a tres cosas fundamentales: La primera es que no le han dejado gobernar como él quería, en los EE.UU. los grupos de poder están sobre cualquier presidente, y no ha logrado implementar su plan de ayuda a los más necesitados, quienes fueron los que le hicieron ganar.
      La segunda, no ha cumplido con las promesas que hizo, Guantánamo sigue abierta, las tropas siguen en Irak (y en Afganistán), aunque el niegue que sean “tropas de combate” (en el Ejercito Americano, combaten hasta los cocineros), hasta le han dado el Nobel de la Paz. Tampoco ha derogado el “Patriotic act” o ley antiterrorista de Bush. Ni siquiera ha hecho nada para que ese gran país se adhiera a las medidas para reducir el calentamiento global. Todas esas cosas, prometidas en su campaña electoral al ritmo del “Yes We Can”.
La tercera, los republicanos han hecho una buena campaña, basándose en los errores de Obama. Pero además ha aparecido un grupo ultra conservador llamado “Tea Party” que va más allá de los republicanos y se oponen a todo aquello que pueda significar solidaridad económica o social. Se oponen a la ley de protección del paciente y cuidados sanitarios asequible y también a la subida de impuestos para atajar los déficit o para invertir en programas sociales.


       En España es impensable una actitud de tamaña insolidaridad. Nuestro sistema sanitario, primero ayuda y después pregunta si tienes como pagarlo y si no puedes, pues lo pagamos entre todos, total, algún día, los que pagamos la sanidad, podemos estar en el lugar de los que no pueden y además ¡funciona! Solidaridad pura, aunque aquí tenemos algunas voces que quieren cambiarlo todo, más que nada para obtener beneficios que llenen sus bolsillos.

       En cuanto a la devaluación del dólar, estaba cantado, Estados Unidos no puede hacer otra cosa, deben devaluar para poder vender sus productos al exterior y así crear empleo. Lo malo es que en un mercado globalizado, esto se puede convertir en una guerra de devaluaciones (El euro, la libra, el franco suizo...) y al final, cada vez más nos acercaremos al sistema Chino. Seguramente, algunos países emergentes como Brasil, la India o Chile, puedan beneficiarse en alguna medida de las devaluaciones, aunque aquellos que invirtieron en dólares les pasará factura el apego ancestral al billete verde. No en vano, los que saben y se han enriquecido con la crisis han recurrido a acaparar metales preciosos como el oro.


        Mal sigue el mundo y lo peor es que por ese camino, no hay salida posible de esta crisis y de las que vendrán a continuación, porque esto no se acaba, si no se cambia el sistema. No digo hacer revoluciones totales (más me gustaría) sino que deberíamos de alguna manera volver a la verdad, al beneficio moderado y sincero, mirar no solo por lo de uno, sino también por lo de los demás, aunque sea un poquito.


 
¿Recuerda alguien cuando los negocios se cerraban con un apretón de manos? ¿Recuerda alguien cuando las selecciones nacionales o los equipos olímpicos vestían productos nacionales y nos enorgullecíamos de ello?



       Esta crisis, que es la primera de las que vendrán, más que nada, es una crisis de valores, en la que todo se vende, incluso la basura, adornada con papel de regalo y cintas de colores, en que uno pisa al otro por un puñado de dólares más, en que si no mientes, robas o eres un corrupto, entonces eres un idiota.

       A propósito de corrupción, tengo pensado próximamente, escribir algo sobre ello, aunque la información que está saliendo en mi provincia es más que abundante, me faltan algunas piezas en el puzle para saber lo que va a pasar, y desde luego, pienso contarlo antes de que suceda.

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