Lo confieso, soy del Barça

       No solo de ahora, sino desde hace unos 20 años, vaya, desde que vine a España. Muchos de mis amigos me decían Catalán, Culé o Polaco.

       Por entonces jugaba en el Real Madrid mi compatriota Zamorano, que entre paréntesis, es de mi mismo barrio, de la comuna de Maipú (Villa México) en Santiago y por entonces se dedicaba a tirar piedras por la calle, que en Chile eso es casi un deporte nacional, más en los niños de su edad (hablo de principios de los 70 y el tendría unos 5 años). Mis amigos españoles no entendían que yo fuera del Barça y no del Madrid.

       Lo cierto es que el Barça lo entrenaba Cruyff y entre Bakero, Koeman, Stoíchkov, Guardiola, Laudrup, Romario y Zubi, no había donde perderse para uno que le gusta el futbol. ¡y me hice del Barça!

     A poco andar el tiempo, lo de ser del Barça o del Madrid era una cosa de nacionalismos internos. El Madrid era el club de España y el  Barça de los catalanes. Muchos de los jugadores del Madrid hasta se lo creían, de hecho la mayoría de los jugadores merengues eran con mucho orgullo, españoles; Chendo, Buyo, Gordillo, Hierro, Butragueño, Sanchis, Michel…

       También estaba lo de los grupitos, la quinta del Buitre, la de los Machos…

Y casi todos ellos pasarían por la selección nacional española, y como ya sabemos, no pasaban de cuartos en los mundiales.

       Las cosas han cambiado radicalmente, ahora ya dentro de Europa pueden completar los equipos con jugadores comunitarios, más aún si el dueño del club tiene una billetera grande, de esos que no les afectan las crisis.

       Con sorpresa veo que ahora el “club más español” de los últimos dos años, es el Barça, tanto así que cuando están en la selección, nadie se acuerda de donde proceden ni en qué club juegan.

       He visto a Madridistas, gritar como locos cuando Puyol, le hizo el gol a los alemanes, a otros alabar el juego de Xavi (Hernández por supuesto) o la elegancia de Piqué o Busquet y de otros que no siendo catalanes de pro, han sido educados en la mentalidad catalana y del Barça, como Pedro (el Grande), Iniesta o Cesc, en la Masía.

       No sé si a la selección española debiéramos ponerle un apodo, en vez de "la Roja" - que por cierto así le llaman a la selección chilena desde hace más de 20 años - como “Barçaña” o “Esparça”, lo verdadero es que así están las cosas y muy pocos lo pueden negar con argumentos serios.

       Aunque nada me gusta eso de “Anticatalan” o “Antimadridista”, la mentalidad con la que los dueños de los clubes hacen los equipos es totalmente diferente en unos y en otros.

Hacer deportistas o comprar a golpe de talonario.

      Ya se sabe como lo hace el Barça, pero del lado blanco, ya casi nada le queda de “español” y es como esas multinacionales que se ponen la bandera según les convenga.  Mirando el otro día un partido del Madrid, me di cuenta que en un momento del encuentro, españoles solo estaban Casillas y Alonso.

       ¿Qué pasa?, ¿De qué país es ese equipo que va vestido de blanco? ¿Son portugueses? ¿Argentinos o brasileños? ¿Y ese muy chulo, muy chulo que se quita la camiseta para mostrar abdominales, será de Vallecas o de Móstoles?

 

      Del entrenador, prefiero no hablar, pero hace unos años hasta los del Madrid ya lo encontraban un poco pesado.

       Me imagino, que ese grupillo de ultras que apoya al Madrid, que siempre han sido racistas, xenófobos y medio nazis, no podrán entender que cada fin de semana deben alentar y adorar a extranjeros, morenitos y sudacas.

Supongo que tendrán una profunda contradicción de principios, casi de siquiatra.

Así es la vida en tiempos de crisis, blanca como un teléfono.