El PSOE y el harakiri

 

      Escribo estas líneas, después de la debacle electoral del PSOE en Cataluña.

Me duele hacerlo, porque tengo buenos amigos en ese partido y sé que ya no saben qué hacer para enmendar la situación, pero creo que lo mejor es decir lo que pienso, quizás eso les lleve a una reflexión que les ayude a salir del entrampamiento en que están metidos, o más exactamente en que les han metido.

      En el PSOE de hace 30 años había gentes entrañables, trabajadoras y comprometidas con los derechos de los más necesitados y marginados de la sociedad, no solo española.

Poco a poco, silenciosamente, fueron relegados a la marginalidad política, escondidos en un rincón de las estructuras de la nomenclatura del partido y otros fueron buscando acomodo, según de qué lado calentaba el sol en la cúpula del partido.

 

     Gran culpa de ello la tiene el mismísimo Felipe, que como avezado, sagaz y elocuente político, se dio cuenta que vale casi todo para mantenerse en el poder, incluso los principios en los que se fundamenta el PSOE.

 

      Puedo poner muchos ejemplos de la reversibilidad de los principios, desde el slogan “Otan, de entrada NO” a meternos de cabeza en ella, por ejemplo. Javier Solana escribió un documento en 1982 llamado “50 razones para decir NO a la OTAN” y en 1995 fue nombrado Secretario General de la Alianza Atlántica, buscó acomodo a costa de sus propios principios a la diestra de González.

      Hoy con Zapatero a la cabeza, la situación no es muy distinta, solo que con la excepción de que a nadie le causa extrañeza  -y dentro del PSOE es como casi normal- que  se restrinjan derechos a los trabajadores, a los pensionistas o se comprometan con los grandes empresarios a hacer más reformas que beneficien a estos últimos.

      De la mano de Zapatero, han aparecido políticos “estrellas” que de lo que menos se les exige es sobre sus principios socialistas.

      Me asombra ver en Leire Pajín la ascensión meteórica desde Benidorm, donde sus padres la fueron empujando en la carrera política, luego en la Universidad de Alicante en donde la vi unas cuantas veces intervenir en Campus Jove (aquí nos conocemos todos) y a pesar de su hiperactividad nunca me pareció candidata,15 años después, a Ministra de Gobierno.

      O como Trinidad Jiménez, ministra de Relaciones Exteriores, que me sorprendió el otro día con la siguiente frase: “Nuestras multinacionales, que han sabido salir de nuestras fronteras…”   No sabe qué; las multinacionales no son “nuestras” (de España), sino MULTI-NACIONALES como su nombre indica y que; si no “salen de nuestras fronteras” ya no son MULTINACIONALES. Pero aparte de la semántica, ¿una ministra socialista, alabando a las multinacionales? No hay principios.

      También los hay quienes han desaparecido de la política, quizás porque hagan sombras al poder de Zapatero. ¿Dónde está el canario López Aguilar, perdido quizás, en algún lugar de Bruselas?
 

¿Qué lugar le espera a Tomás Gómez?

       Una de las razones de la debacle en Cataluña, se debe exactamente a esto, la errática política interna del PSOE y el alejamiento de las posiciones de principios, olvidadas y sustituidas por una carrera de cuadros políticos en que, el que se mueve de las posiciones del secretario general, ya no sale más en la foto y se convierte en un “zombi de los despachos” sin posibilidad de crecer. Mucho me recuerda a las nomenclaturas de la ex Unión Soviética.

       Otra de las causas de la catástrofe en las elecciones, es la absoluta inoperancia del gobierno central, en atajar la crisis, primero, y en hacer que la misma la paguen los de siempre. Sin imaginación para paliar los déficits económicos (impuestos a los que más tienen o sobre los beneficios de las grandes empresas y bancos), sin valentía suficiente para plantear una reestructuración y reducir la administración a todos los niveles que se convierten en una sangría económica para el estado (sobran delegaciones y subdelegaciones de gobierno y ministeriales o diputaciones provinciales, se duplican mandos en las fuerzas de seguridad del estado entre Guardia Civil,  Policía Nacional y fuerzas autonómicas) o para minimizar fastos, vehículos oficiales, asesores y eventos superfluos, salir de Afganistán que nos cuesta un pastón, (no me vengan con el viejo cuento de que “defendemos la libertad”)

Cuando se está en crisis se hacen dos cosas: ahorrar al máximo en todo aquello que no es necesario y recaudar de aquellos que más tienen.

       Tampoco ha tenido la valentía para parar o limitar a los especuladores de la economía, desde las petroleras y bancos a las telefónicas que conciertan precios.

       Todo esto les pasó factura en Cataluña y lo más terrible para los socialistas honrados, es que a pesar de su esfuerzo y hagan lo que hagan, perderán en casi todo el territorio en las próximas elecciones locales, a pesar del cambio ministerial reciente o “efecto Rubalcaba” que duro poco más de una semana.

       Los primeros análisis de la derrota apuntan al fracaso del famoso tripartito catalán. Eso queda para los sesudos tertulianos y para buscar excusas que no apunten más arriba, directamente al gobierno central, pero por más que se busque y rebusque, al final quedará demostrado en marzo, que lo que va mal en el PSOE está en su cúpula.

      No importa que en el PP los casos de (presunta, aún) corrupción les corroan por dentro, no importa que Rajoy oculte sus intenciones para sacarnos de la crisis (que hará lo mismo que Zapatero o peor), lo que la mayoría de los ciudadanos quieren es una luz de esperanza en sus economías caseras, un puesto de trabajo y que este gobierno no nos siga esquilmando ni recortando derechos.

     Espero que los socialistas honrados le planten cara a la nomenclatura, de lo contrario, se pasaran unos cuantos añitos en el ostracismo político, y muchos estarán a punto de hacerse el harakiri, políticamente hablando, claro.